La falta de exactitud en las pruebas conduce a quejas de garantías por parte de los clientes, daño a la reputación de la empresa y retiros de los productos del mercado, lo cual implica grandes gastos, así como una pausa de la producción no planeada. En una gran organización, la ingeniería de diseño, el tiempo de producción y validación de cualquier producto – desde un camión hasta un satélite – dependen de datos pertinentes, fiables, oportunos y exactos, cualquier discrepancia causa fricciones y retrasos, por lo que, la base de referencia incuestionable y uniforme que proporciona la calibración ayuda enormemente a confiar en los datos.
Con menos confusiones, solución de problemas y retiros del mercado, el tiempo de comercialización es reducido de manera inevitable, alcanzando una eficiencia mayor al reducir los cambios en el diseño, y menos pérdida de tiempo en falsos rechazos o productos aceptados. Dejar a un lado la calibración puede generar consecuencias que afecten a diferentes negocios, por ejemplo, los consultores acústicos realizan mediciones de las que dependen sus clientes, tanto legalmente como económicamente. Estas pueden afectar grandes decisiones, como elegir la ventana más económica para una torre.
Una medición acústica de un proyecto de construcción aporta una tolerancia total del ruido en el edificio, pero si el nivel del ruido dentro del edificio terminado prueba ser muy alto, puede ser un gran costo rectificarlo, y si esto es debido a un instrumento que no ha sido calibrado en el tiempo que especifica la norma ISO o IEC, el consultor acústico puede ser responsable y la única defensa que podría tener es poseer una base legal para comprobar la integridad de la medición, la calibración trazable.
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