Los usuarios de Shaker deben poder confiar en un nivel muy alto de confiabilidad del sistema, tanto mecánica como electrónicamente.
Para garantizar esta fiabilidad, la compra de un shaker va acompañada de un contrato de mantenimiento progresivo y cuidadosamente estudiado.
Wilfried Lacavelerie, responsable de la instalación y que realiza el mantenimiento en sitio de SMAC, nos cuenta su trabajo: “Siempre empiezo hablando con los usuarios del shaker para conocer los detalles de las pruebas que realizan y su duración y tomo nota de todas las incidencias. Luego realizo una prueba inicial de bajo nivel (2 g) en todo el intervalo de frecuencia del shaker. Esta prueba se llama firma y se repite al final de la sesión de mantenimiento, que dura aproximadamente tres días para un sistema V8.
Esto sirve como referencia y nos permite detectar desfases entre piezas y movimientos parásitos de la bobina. Después del desmontaje, verifico el estado de las piezas como las suspensiones, rodamientos y las distintas juntas del shaker. Si encuentro pocos o ningún rastro de desgaste y polvo, adapto el servicio.
Tenemos contratos de mantenimiento Bronce, Plata, Oro y Platino, que pueden o no incluir ciertos consumibles, hasta una bobina móvil de repuesto en stock. Entonces podemos acordar cambiar una pieza determinada durante el próximo mantenimiento. Por otro lado, ciertos elementos, como los filtros de aceite, se cambian sistemáticamente, independientemente del tipo de contrato”.
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