Tener un control de la vibración, asegura que el componente se encuentre en una vibración constante a 175 Hz y, durante esta prueba –que dura más de 100 horas sin ninguna pausa– el dispositivo experimenta una aceleración pico de hasta 75 gn. Debido a que esto ocurre dentro de sus límites térmicos, uno podría pensar que es suficiente para la prueba de producto, pero la prueba aún no ha llegado al nivel más alto.
Después de 15 minutos de que la prueba de funcionamiento ha comenzado, el controlador abre una válvula para una nueva experiencia ¡El choque térmico! Aquí, 20 litros de agua fría a 13 °C caen sobre el dispositivo al rojo vivo. Las condiciones para la prueba del material son por lo tanto cambiar a un escenario más extremo en cuestión de segundos. Debido al impacto del agua fría, el material se contrae rápidamente, cambiando el estrés en el componente.
El tratamiento de choque de agua fría termina después de 30 segundos y de esa manera termina el primer ciclo de prueba. Pero este no es el final, es solo el comienzo. En total se realizan 499 ciclos más después de que la prueba está completa; solo después de 100 horas intensas de pruebas con el Shaker los ingenieros pueden tener la certeza de que el componente está listo para enfrentarse al mundo real.
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