El fonógrafo utiliza una bocina acústica para amplificar el sonido a medida que viaja dentro y fuera de la boquilla.
El modelo supone que las paredes de la bocina son rígidas y que no vibran en respuesta a un campo acústico. Para demostrar el impacto de esta suposición en la transmisión de una onda acústica a través de la bocina, el vibrómetro láser mide la velocidad superficial de las paredes de la bocina mientras que un micrófono mide la presión acústica en la garganta de ésta.
Este tipo de medición se llevó a cabo con 2 diferentes tipos de bocina, una hecha de fibra gruesa de densidad media (MDF) y otra de papel cartulina. Se usó un altavoz para la transmisión de ruido blanco para la excitación acústica de cada bocina.
El promedio espacial de la velocidad superficial de la bocina de cartulina es de aproximadamente un orden de magnitud mayor que para la bocina de MDF.
Esta interacción entre el sonido y la estructura tiene un efecto importante en las mediciones acústicas.
Para las primeras tres resonancias axiales de la bocina, la presión acústica medida en el micrófono usando la bocina de cartulina, genera aproximadamente la mitad de la presión acústica que se midió en la bocina MDF.
Debido a que la no rigidez de la bocina de cartulina podría afectar el modelo de comparación de los datos medidos, la bocina MDF fue elegida para el resto de las mediciones.
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