LeSalle y sus colegas caracterizan de forma exacta micrófonos y altavoces para todos los dispositivos de hardware.
“En general, probamos los componentes solos y después los probamos en el sistema completo, enfocándonos en la frecuencia de respuesta, distorsión total de armónicos (THD), rozamiento y zumbido, intervalo dinámico, sello acústico, sensibilidad y ruido de fondo. Después, hacemos una cualificación del sistema completo con el procesamiento añadido”, menciona LeSalle.
El último paso, es hacer una prueba de reconocimiento de voz y calidad de sonido. “Esto puede tomar más de la mitad del tiempo, porque es un proceso bastante repetitivo. Además, investigamos los aspectos relevantes de la tecnología de la ingeniería del audio y lo mapeamos a la percepción humana, la aceptación y la molestia, con el fin de aumentar la satisfacción del usuario”, concluye.
La mayor parte de las pruebas de hardware de Microsoft se llevan a cabo en el edificio 87 en el Campus Redmond. Dentro de estas instalaciones, Cortana es puesta a prueba con discursos precisos de un simulador de cabeza y torso (HATS) de Brüel & Kjaer, al que ella debe entender y responder sin importar el ruido de fondo que se añada.
Los investigadores también prueban la capacidad de los algoritmos de beamforming para localizar la voz de un orador -de nuevo en el ruido de fondo cuantificado. También se usa el simulador de torso y oído (HATS) para poner a prueba tecnologías en 3D, con el fin de identificar qué tan efectivos son al transmitir las señales de audio que necesitamos para sumergirse en los campos sonoros auténticos -especialmente para HoloLens, la diadema de realidad aumentada. Otra de las características que se analizan, es el sonido de los teclados, con el objetivo de encontrar el sonido más placentero de un dispositivo.
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