Una de las unidades de medida de longitud más antiguas es el “codo egipcio” que data del año 3000 A.C.
El codo común medía la longitud del antebrazo, desde el codo hasta la punta del dedo medio; usualmente alrededor de 45.7 cm. El “codo real” era ligeramente más largo, medía la longitud de un codo común más el ancho de la palma del faraón que gobernaba en ese momento.
El codo maestro real (patrón primario) era una barra tallada en un bloque de granito negro, las barras conservadas hasta ahora miden entre 5.2 y 52.9 cm de longitud.
A los trabajadores se les proporcionaban copias hechas de madera o granito y el arquitecto real o capataz de cada obra de construcción era el responsable de mantener la exactitud de éste. Cada luna llena los codos de madera tenían que ser llevados a comparar con el codo real maestro y de no hacerlo, se castigaba con la muerte.
Con esta estandarización y uniformidad de longitud alcanzaron una increíble exactitud, por ejemplo los lados de la gran pirámide de Giza se construyeron con una longitud de 440 codos (230 364 m) usando estos codos de madera se conseguía una exactitud mayor al 0.05 %.
También existía un codo sumerio, de aproximadamente 49.5 cm, un codo griego olímpico de 46.2 cm y un codo persa mucho más largo que media 64.2 cm.
El pie romano
El pie romano se basaba en el codo real egipcio y estaba dividido en 12 unciae (onzas o pulgadas) y media 0.85 cm menos que el pie moderno (que mide 30.48 cm) Y aunque éste se convirtió en un patrón para toda Europa no se usaba en la industria lanera ni en los trabajos medievales de construcción, en donde usaban el pie “druso” de 33.3 cm.
En Inglaterra Enrique I uniformó la yarda con la longitud de su propio brazo: el patrón actual data de 1305.
Por otro lado, las longitudes mayores se definían con una menor exactitud y normalmente era expresadas en términos de jornadas, esto se debía a que en esa época era más importante el tiempo empleado en los viajes largos que la distancia. Así, el acre llegó a ser definido como la cantidad de tierra que podía arar una yunta de bueyes diariamente y no fue hasta 1305 cuando se estableció legalmente el acre inglés.
El uso de las balanzas surgió por la necesidad de pesar el polvo de oro cuya medición era de gran importancia. Su patrón era el siclo, utilizado por todo el Oriente Medio, que variaba en peso desde 7.78 a 14.13 gramos. Cuando surgió la necesidad de pesos mayores implementaron la mina (25 a 100 siclos) y posteriormente el talento (60 minas). Un talento sumerio del año 2350 a.C. pesa aproximadamente 50 kg.
De este modo, las ideas básicas de calibración moderna como la trazabilidad, una jerarquización de estándares e intervalos regulares de re-calibración nacieron desde hace aproximadamente 4000 años.
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