La pasteurización es un paso crucial en la producción de leche de avena. En este proceso, la leche se calienta a una temperatura específica durante un tiempo determinado para eliminar las bacterias dañinas y prolongar su vida útil.
El intervalo de temperatura característico para la pasteurización de la leche de avena oscila entre 72 °C y 85 °C, según el método y los equipos utilizados. Es absolutamente esencial mantener un control exacto de la temperatura durante todo el proceso de pasteurización para asegurarnos de que la leche alcance la temperatura adecuada y se conserve durante el tiempo necesario.
Para garantizar la seguridad y la calidad de la leche de avena, los fabricantes deben medir y registrar las temperaturas del proceso con exactitud. Instalan instrumentos en varias partes del equipo, como el pasteurizador, el tanque de retención y la línea de envasado. Al monitorear y registrar en tiempo real las temperaturas, los fabricantes pueden asegurarse de que la pasteurización sea efectiva y que la leche sea segura para el consumo.
No obstante, los fabricantes enfrentan un desafío al utilizar sensores de temperatura en la producción de leche de avena: el riesgo de contaminación. Si los sensores no están debidamente protegidos, pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias dañinas, lo que representa un problema en términos de seguridad alimentaria.
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